Quito Colonial: 5 Secretos de una Casa que Narra la Historia de la Ciudad
Quito colonial: origen, historia y legado en la Casa del Marqués
Quito colonial no solo es un conjunto de calles empedradas y plazas antiguas, sino un universo histórico donde cada rincón narra el pasado de una ciudad que fusiona cultura prehispánica, herencia española e identidad republicana. En este contexto, la Casa del Marqués emerge como un testimonio vivo del Quito colonial, conectando el linaje aristocrático con los procesos sociales y políticos que marcaron el destino del Ecuador.
Como señalan los estudios académicos sobre la representación urbana colonial, las élites quiteñas del siglo XVII desarrollaron un proyecto social específico basado en un orden urbano particular, donde residencias como la Casa del Marqués reflejaban no solo el poder económico, sino también las estrategias de dominación social de la época.
Secreto 1: La Geografía Sagrada Prehispánica que Sobrevivió al Damero Colonial
Quito colonial y la fundación de la ciudad
El trazado urbano del Quito colonial se organizó desde la Plaza Grande en forma de damero, siguiendo el modelo hispanoamericano establecido tras la conquista española del 6 de diciembre de 1534. Sin embargo, el primer secreto de la Casa del Marqués radica en su ubicación estratégica sobre un antiguo camino ceremonial que conectaba dos centros sagrados prehispánicos.
La calle García Moreno, conocida en la época colonial como el «Camino de las 7 Cruces», mantuvo la traza del antiguo sendero que unía el templo solar (San Juan) con el templo lunar (El Panecillo). Los colonizadores españoles fusionaron su estilo arquitectónico renacentista y mudéjar con influencias indígenas, creando una síntesis única que se refleja en la estructura urbana del centro histórico de Quito.
La Casa del Marqués en el contexto del Quito colonial
Ubicada en una zona estratégica, la Casa del Marqués fue testigo de la evolución urbana, desde la segregación colonial hasta el nuevo orden republicano. El terreno donde hoy se asienta no formaba parte del damero original, sino que pertenecía a la zona limítrofe donde existía una quebrada natural que separaba territorialmente a los pueblos indígenas de los colonizadores españoles.
Secreto 2: De Caballerizas Coloniales a Residencia Aristocrática
El segundo secreto revelador es la transformación funcional del espacio. Inicialmente, los conquistadores utilizaron esta área como caballerizas, aprovechando su ubicación periférica respecto al núcleo urbano primitivo. Esta práctica respondía a la lógica colonial de mantener ciertas actividades fuera del centro ceremonial y administrativo.
Con el crecimiento demográfico y la expansión territorial de la población mestiza quiteña, estas tierras se inscribieron en los primeros registros del cabildo como propiedades habitables. Este proceso ilustra la dinámica de crecimiento orgánico del centro histórico de Quito colonial, donde los espacios se resignificaron según las necesidades sociales y económicas emergentes.
Secreto 3: El Marquesado de Miraflores y su Legado Industrial
Don Mariano Flores de Vergara: Aristocracia y Revolución
El tercer secreto reside en la figura de Don Mariano Flores de Vergara, II Marqués de Miraflores, primer propietario registrado de la casa. Según los estudios de la Academia Nacional de Historia sobre la Revolución de Quito, Don Mariano no fue solo un aristócrata colonial, sino un empresario innovador especializado en la tejeduría de lana, algodón y cabuya.
Su actividad industrial representaba el modelo económico del Quito colonial tardío, donde las élites combinaban la producción textil con el comercio interregional. La familia Flores de Vergara pertenecía a la más alta nobleza de la Real Audiencia de Quito, con un título marquesa concedido en 1746 y confirmado en 1751, lo que los situaba en la cúspide de la jerarquía social colonial.
El Papel en la Independencia del Ecuador
Don Mariano participó activamente en la Revolución del 10 de agosto de 1809, primer grito independentista de América. Su compromiso político lo llevó al arresto domiciliario en esta misma casa, donde murió de un infarto al conocer la condena a muerte de sus compañeros revolucionarios. Este evento convierte a la Casa del Marqués en un símbolo de la transición del Quito colonial a la era republicana.
Secreto 4: Manuel Jijón Larrea y el Poder Terrateniente Republicano
La Concentración de Tierras en el Nuevo Ecuador
El cuarto secreto involucra a Manuel Jijón Larrea, I Marqués de San José y Vizconde de la Casa Larrea, segundo propietario histórico de la residencia. Jijón Larrea representaba la continuidad del poder aristocrático en la nueva era republicana, siendo considerado el mayor latifundista del Ecuador después de la Iglesia Católica.
Su patrimonio incluía 44 propiedades distribuidas en haciendas y caseríos a nivel nacional, convirtiendo a la Casa del Marqués en la sede administrativa de este vasto imperio territorial. Esta concentración de tierras ilustra cómo las estructuras coloniales de poder se adaptaron al nuevo contexto republicano, manteniendo la desigualdad social característica del sistema hacendario ecuatoriano.
Arquitectura Colonial y Símbolo de Estatus
Los estudios sobre morteros históricos en construcciones quiteñas de los siglos XVI, XVII y XVIII demuestran la síntesis entre aportes locales y europeos en la arquitectura religiosa y civil. La Casa del Marqués ejemplifica esta fusión arquitectónica, donde elementos constructivos indígenas se combinaron con técnicas españolas para crear un estilo distintivo del Quito colonial.
Secreto 5: Testigo de la Cultura del Ecuador en Formación
El Laboratorio Social de la Identidad Nacional
El quinto y último secreto radica en el papel de la Casa del Marqués como testigo privilegiado de la formación de la cultura del Ecuador. Desde sus muros se observó la transición de una sociedad colonial estratificada hacia una república mestiza en construcción.
Como reconoce la UNESCO al declarar el centro histórico de Quito Patrimonio de la Humanidad en 1978, la ciudad representa uno de los grandes exponentes de la arquitectura colonial de América. La Casa del Marqués participa de este reconocimiento como parte integral del tejido urbano que preserva la memoria histórica ecuatoriana.
Convergencia de Memorias Históricas
En este espacio convergen las tradiciones prehispánicas (el camino ceremonial), el legado colonial (la estructura social aristocrática) y el espíritu independentista (la participación en las gestas libertarias). Esta convergencia hace de la Casa del Marqués un microcosmos de la cultura del Ecuador, donde se sintetizan los elementos fundacionales de la identidad nacional.

Conclusión: Un Patrimonio Vivo del Turismo Cultural
La Casa del Marqués trasciende su función comercial para convertirse en un custodio de la memoria del Quito colonial. Sus cinco secretos revelan capas superpuestas de historia que van desde la geografía sagrada prehispánica hasta la formación de la república ecuatoriana.
Este patrimonio arquitectónico representa una oportunidad única para el turismo cultural en Quito colonial, donde visitantes nacionales e internacionales pueden experimentar directamente la riqueza histórica de una ciudad que fusiona tres temporalidades: el pasado indígena, la herencia española y la construcción republicana.